GOYA Y LUCIENTES, FRANCISCO DE
(Fuendetodos, Zaragoza, 30.3.1746 – Burdeos, Francia, 16.4.1828). Pintor. En 1760 entró en el taller de Luzán, donde aprendió la técnica del grabado. Discípulo de Francisco Bayeu, caso con su hija Josefa Bayeu (1773). En su etapa juvenil sigue un modelo académico, de temática fundamental religiosa. A partir de 1774 entró como cartonista en la Fábrica de tapices y en 1780 llegó a ser académico. En Italia conoció la pintura barroca romana y la técnica del fresco. En 1792 fue víctima de una enfermedad que marcó su pintura posterior lo mismo que los efectos de la guerra. El expresionismo de las formas distorsionadas se entremezcló con el impresionismo de mancha pictórico. En 1824 se afincó en Burdeos donde murió.
En el Museo de Navarra se encuentra el retrato del marqués de San Adrián, pintura firmada y fechada por Francisco de Goya en 1804. El joven noble navarro aparece al aire libre y adopta una pose entre elegante y desenfadada; mira frontalmente y se reclina en un apoyo convencional, introduciendo una graciosa curvatura en la figura, que rompe la verticalidad. Va ataviado con un rico traje de montar en cuya plasmación el pintor consigue calidades táctiles sublimes, como el terciopelo color oro viejo del calzón y el chaleco de brillante blanco; la casaca marrón oscura perfila la silueta del marqués como contrapunto cromático. Con una pincelada suelta y valiente el artista presenta a su retrato con gran fuerza realista y expresiva, sobre todo en el rostro que revela el temperamento inquieto del que el personaje debió de hacer gala. Botas calzadas con espuelas, larga fusta y el sombrero completan su atuendo deportivo. Sin embargo, en la mano izquierda sostiene un libro abierto, que indica que el Marqués es culto. La elegante figura se recorta sobre el claroscuro de un fondo de paisaje convencional, construido por diagonales oblicuas. Esta obra destaca en el conjunto de retratos que Goya produjo entre los años 1803-1806. Otros miembros de la nobleza navarra fueron retratados por este insigne pintor, como José Luis Munárriz*, hijo de Abárzuza, que fue académico de honor en la Real Academia de San Fernando.
Otro retrato de carácter muy distinto es el que posee el Gobierno de Navarra. “Fernando III de Navarra y VII de Castilla”, como reza la inscripción al pie del cuadro, aparece retratado de medio cuerpo en posición frontal, con regio ademán, empuñando el cetro y con la cabeza ladeada perdiéndose su mirada en el infinito sobre la corona real. Este cuadro fue comisionado por la Diputación de Navarra a Francisco Ignacio de Arrieta, su agente de negocios en Madrid, quien lo encargó a Francisco de Goya, en junio de 1814. La obra se realizó en pocos días, pues el 12 de julio ya estaba terminada, cobrando su autor por ella la cantidad de 2.000 reales. Es un retrato de “status”, una pintura objetiva y brillante en el plano técnico. De otra parte, trasluce la pérdida de simpatía del artista hacia el monarca. No debió de gustar mucho a la corporación, pues cuando dos años más tarde encargó el retrato de la reina María Isabel de Braganza, no eligió a Goya, pintor muy considerado en Madrid, sino a Agustín Esteve. El retrato de la Diputación debe enmarcarse en una época en la que su autor pintó varios cuadros del rey, ocho en total, hecho explicado por la coyuntura histórica; Fernando VII el Deseado acababa de llegar a Madrid, tras largos años prisionero en Francia. Es asimismo la época del “Dos de Mayo” y “Los Fusilamientos del Tres de Mayo”, lienzos cargados de dramatismo, en los que se advierte la preocupación por articular las formas y los colores, que son simplificados. También, del “Retrato de Palafox”, muy distinto a los del monarca.
En la Colección Arrese (Corella) se conserva un boceto de Goya que representa las tres Virtudes Teologales, dispuestas en altura y desarrolladas en tres escenas independientes.
Goya también pintó al banquero navarro Juan Bautista de Muguiro e Iribarren, nacido en 1786. La obra fue realizada en Burdeos, en mayo de 1827, y se encuentra en el Museo del Prado. Asimismo retrató a Martín de Goicoechea (Alsasua, 27.10.1755 – Burdeos, 30.6.1825), el comerciante administrador de Muguiro y consuegro de Goya; y a Francisco Javier Larumbe, hacendista navarro, en 1787.
Bibliografía
M.C. García Gaínza, Navarra (Pamplona, 1984), p. 165. J.R. Castro, El Goya de la Diputación de Navarra en “Príncipe de Viana” (1942), p. 37-39. J. Gudiol, “Goya” (Barcelona, 1970), vol. I p. 169-171 y vol. IV fig. 1019. M. C. García Gainza y otros, C.M.N.I. (Pamplona, 1980), p. 150 y C.M.N.II, p. 21. J. Caro Baroja, La hora navarra del siglo XVIII, p. 406-410, Servicio de Cultura. Institución Príncipe de Viana (Pamplona, 1969).